La serigrafía se compone de varios elementos imprescindibles para poder hacer estampaciones sobre textiles u objetos. En este post conocerás los tipos de mallas de serigrafía que hay, sus características y diferencias, ya que es uno de esos meteriales necesarios en esta técnica.

Qué es la malla de serigrafía

La malla de serigrafía, también conocida como tela para serigrafía, es el tejido que se coloca sobre un marco de madera o de aluminio. Una vez la estructura está entelada, pasa a ser una pantalla para serigrafiar.

Esta tela se utiliza para pasar las tintas al artículo durante la estampación. La malla está formada por hilos entrelazados con pequeños espacios vacíos, componinendo así la trama. Según los hilos que contiene por centrímetro cuadrado, diremos que su trama es de 34 hasta 140 hilos por centímetro lineal.

Prácticamente, todas las mallas que se venden están formadas por hilos de poliéster monofilamento ya que hace más sencillo el paso de las tintas, a diferencia de las de tipo multifilamento.

Para conseguir una estampación serigráfica de calidad tendrás que escoger la tela más adecuada según el trabajo que vayas a realizar.

Tipos de mallas para serigrafía

Los tipos de mallas para serigrafía se diferencian por la cantidad de hilos que contiene. Dependiendo del número de hilos, pasará mayor o menor cantidad de tintas. Las más comunes son las de 43 y 90 hilos por centímetro cuadrado.

La elección de la malla dependerá del artículo a personalizar, de la densidad de las tintas que se va a usar y de la definición que necesitamos conseguir: a más hilos, más píxeles, es decir, mayor definición. Además, hay que tener en cuenta características como si aguanta la humedad y la resistencia a la tensión y a los químicos.

Según la densidad de la tinta

Las tintas de serigrafía pueden ser más líquidas como las base agua o más densas como las plastisoles. Sabiendo esto, hay que tener en cuenta que a mayor densidad de la tinta, menor será el número de la trama de la malla que debes utilizar. La razón es que, los agujeros de la trama serán más grandes cuando menos hilos haya en la malla, y por lo tanto, una tinta densa pasará mucho mejor.

Según el color de la malla

Existen dos colores para las mallas de serigrafía, las blancas y las amarillas. Pero… ¿Cuál es la diferencia entre cada una de ellas y cómo elegir según el color de la malla?

Las mallas de color blanco hace que la luz se disperse y esto puede provocar la pérdida de detalle en la imagen durante el proceso de insolación. Sin embargo, el color amarillo de la malla absorberá la refracción de la luz proporcinando una mayor calidad de la imagen.

Por lo tanto, para lograr una mayor definición es mejor utilizar mallas de color amarillas, muy recomendables si vas a trabajar con rígidos. Cuando se trabaja con prendas, el tejido absorbe la tinta, pero con objetos necesitamos la ayuda de este tipo de mallas amarillas.

Según el artículo a personalizar

Antes de elegir la malla, hay que saber qué producto se va a serigrafiar.

Para hacer serigrafía textil, recomendamos utilizar mallas de menor número de hilos por centímetro cuadrado. Al haber más espacio entre los hilos, la malla permitirá el paso de más tintas. Un ejemplo: si vas a trabajar con tintas plastisoles para trabajar en textiles te recomendamos utilizar mallas de 43 hilos.

En el caso de serigrafiar productos rígidos como bolsas de papel, carteles, tazas... deberás utilizar una malla de serigrafía de mayor número de hilos. Recuerda que las de color amarillo son las más recomendables para trabajar con productos rígidos.

Un número de referencia que quizá te pueda ayudar a elegir el tipo de malla serigrafía para estampar rígidos y que nosotros te recomendamos es trabajar con mallas serigrafía de entre 90 y 120 hilos.

Cómo recuperar tu pantalla de serigrafía

Debes saber que una malla sirve para un único diseño, ya que al realizar el proceso de emulsión el dibujo se graba en este tejido. Así que, si quieres hacer otro diseño, deberás utilizar otra pantalla o bien reutilizarla aplicando un recuperador de pantallas.

Para limpiar una pantalla de serigrafía, utiliza una esponja junto al líquido recuperador y frota directamente sobre la malla. Se debe hacer con movimientos suaves y circulares. La función es borrar la emulsión de las pantallas de serigrafía para volver a utilizarlas. De esta manera, el diseño desaparece dejando la posibilidad de insolar uno nuevo.

Puede ocurrir que no se ha borrado completamente el diseño. Cuando pasa esto aparecen “fantasmas” en las siguientes estampaciones, es decir, restos del otro dibujo. Así que, si todavía quedan restos y deseas evitar este problema, te recomendamos aplicar un disolvente.

Aprende más sobre serigrafía con este directo que hicimos con Mario Guindel, fundador del estudio de serigrafía La Cosmonauta, quien también realiza cursos en Alicante para principiantes. También te dejamos la entrevista que le hicimos al propio Guindel sobre cómo empezó en este mundillo.

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¡Hasta la próxima!

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